Un día, en la biblioteca del cole, estaba Marilibro leyendo
un cuento sobre deportes, tan concentrada y tan atenta estaba que comenzó a
sentirse muy cansada y a entrarle un sueño repentino por tanto esfuerzo; empezó
a encontrarse muy cansada y poco a poco se le iban cerrando los ojitos, se le
abría la boca… y poco a poco se fue durmiendo.
- Pero, ¿qué ha pasado? – dijo Marilibro- ¿A dónde me llevan?
– No entendía nada.
Yo os diré lo que
había pasado. Marilibro se quedó dormida en un libro de un papá del cole, la
niña es de las mayores de 6º de primaria, no sé si la conocéis se llama María,
bueno al tema, el papá llegó corriendo a la biblio y no vio a Marilibro, y como
tenía mucha prisa, cogió el libro el libro a loco y lo metió en su maleta, pues
llegaba tarde al tren hacia León. Estuvo 2 horas en el AVE hacía Madrid y
cuando llegó a la capital, se embarcó en un avión a Francia.
Marilibro, a todo esto, quería ver donde estaba y con sus
patitas empujó muy fuerte las páginas del libro y consiguió abrirlo un poquito,
lo suficiente para salir y asomar la cabecita por la cremallera de la maleta y
se quedó alucinada… ¡Estaba viendo la torre Eiffel! Y en ese momento se dio
cuenta que estaban en la ciudad de Paris.
- ¿Y cómo es que estamos en Paris? – se preguntaba Marilibro.
Miró dentro de la maleta del papá y logró ver un ordenador, una tablet, un
micrófono, una cámara de video… pero no entendió nada.
Así que salió de nuevo de la maleta y se posó sobre el hombro
del papá y desde ahí podía ver todo. Entraron en un sitio muy grande, lleno de
gradas, con asientos para mucha gente y vieron campos de futbol, de tenis, de
baloncesto, una pista de atletismo, lanzamiento de pesas, un velódromo lleno de
bicis… pero aun así no sabía dónde se hallaban.
Pasaron por un monumento muy grande que tenía 5 aros de
colores, 3 arriba y 2 abajo; uno azul, uno negro, uno rojo, amarillo y verde. (Oceanía,
Asia, África, Europa y América). Pero algo se le escapaba a nuestra amiga y
todavía no podía reconocer el lugar donde se encontraba.
Marilibro estuvo un buen rato paseando en el hombro del papá,
cuando este se paró y sacó de su maleta el micrófono y colocó la cámara de
vídeo. Esperaron un poco y a lo lejos vieron una chica caminando hacia ellos,
era muy alta y delgada, con el pelo y la piel morena, se acercó a ellos y les
saludo.
- Hola Ana Peleteiro, ¿qué tal estás? ¿tienes tiempo para una
entrevista? ¿Cómo ves la competición de atletismo ese año?
Ahí, fue cuando Marilibro se dio cuenta de todo… Paris… Las
pistas de deporte… Los aros… Ana Peleteiro… ¡Estaban en los Juegos Olimpicos!
Iban a hacer entrevistas a los deportistas. Marilibro estaba leyendo un libro
sobre los juegos olímpicos cuando se quedó dormida.
Después de Ana Peleteiro, se acercó otra chica, era también
alta y delgada y llevaba una raqueta en la mano… Era Carolina Marín, y les
hablo sobre bádminton.
Luego, llegó corriendo una chica muy fuerte y con el pelo rubio… era Lidia Valentín. Pero Lidia tenía malas noticias.
- Necesitamos ayuda, mañana se inauguran los juegos y tenemos un serio problema con la antorcha olímpica – les dijo muy preocupada.
Marilibro conocía a Lidia
porque como sabéis, Lidia Valentín es de Ponferrada y había leído todas las
noticias que estaban publicadas sobre nuestra halterófila favorita.
¿Qué
es lo que pasa? ¿Qué a ocurrido? – se preguntaba todo el mundo en el estadio
olímpico.
- No
podremos inaugurar los juegos… la antorcha olímpica que ha viajado por todos
los países del mundo, pasado de mano en mano por los mejores deportistas que
existen… se ha apagado – le dijo Lidia Valentín en el oído a Marilibro. –
Tenemos que hacer algo, ¡no puede ser! -
dijo casi llorando.
Marilibro
pensó y pensó, pero ¿qué podría hacer una pequeña mariposa como ella? ¿Cómo
podría conseguir que la antorcha volviera a iluminarse y poder terminar así su
largo camino en la villa olímpica? Quizá, a pesar de todo ella podría hacer
algo, quizá podría revivir la llama en la antorcha de una peculiar forma… pero
no se atrevía.
Lidia
y otros deportistas estuvieron debatiendo que se tendría que hacer, ¿deberían
cancelar los juegos olímpicos? Sin el fuego de la antorcha no se puede hacer la
ceremonia de inauguración… pero si se cancelan los juegos, todos los
deportistas y las personas reunidas se llevarían una decepción muy grande,
sería la primera vez en la historia que se cancelan unos juegos por este
motivo, todas las personas tendrían que irse a sus casas y todo el mundo había
invertido mucho tiempo e ilusión en jugar estos juegos…
Cuando
ya pensaban en cancelar y la manera de explicárselo a todos los demás,
Marilibro reunió toda su valentía y les dijo: no os preocupéis, tengo una idea,
yo lo haré, haré posible lo imposible y conseguiré esa llama. Y comenzó a volar
muy alto.
Lidia
Valentín al ver el valor de nuestra mariposa favorita le grito desde las
gradas: “Si quieres algo, tienes que quererlo con fuerza”.
Así
Marilibro se llenó de más valor y fuerza todavía y cuando se acercó a la
antorcha apagada comenzó a aletear con mucha fuerza, movía sus ala hacia arriba
y hacia abajo con tanta tanta fuerza que comenzó a surgir un destello como el
de una estrella fugaz, un brillo tan fuerte que dejó a todos alucinados, en sus
alas se podía ver todos los colores del arcoíris y de repente: BOOOM! La
antorcha por la fuerza de las alas de Marilibro volvió a arder y el fuego resurgió
de las cenizas de la antorcha olímpica.
¡Bravo,
bravo! – gritaba y aplaudía la gente por todo el estado – Viva Marilibro,
vivaaaaaaa. Marilibro es la mejor, Marilibro es la mejor.
Así
al tener otra vez fuego en la antorcha se pudieron inaugurar los juegos
olímpicos de Paris 2024, Marilibro se convirtió en la protagonista de la
ceremonia todo el mundo quería hacerse fotos con ella. Pero, ¿sabéis lo que
realmente quería Marilibro?
Volver
a Ponferrada y ver a sus niños del colegio de Flores del Sil.
Y
colorín colorado, este cuento se ha acabado… y quien no levante el culo: ¡se le
quedará pegado!
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